lunes, 7 de septiembre de 2009


A ENILDO PADRON
( IN MEMORIAM )
de: Herminia D. Ibaceta

Adiós, Enildo Padrón,
adiós amigo, jilguero,
mezo en el alma el sincero
mensaje de tu canción.
Dejaste tu corazón
en la tierra del pasado,
corazón enamorado
de los verdes y el rubí,
se quedó en el Yumurí
entre palmas arropado.

Niño pobre, fuiste en pos
de la estrella y el lucero
entre un libro y un te quiero,
un sollozo y el adiós.
Te sorprendieron los dos
en los caminos del viento
cuando tu verso, lamento,
entonó su primer tino
en el más enhiesto pino
de tu propio firmamento.

Hondo, en tu mirada buena,
un tajante resplandor
tornaba gris el color
de las olas en tu arena.
Ese color de la pena…
ese ensombrecido encaje,
que anudado en el cordaje
de la guitarra, avasalla,
hasta que en un grito estalla
el perfil de tu paisaje.

Amador de tus raíces,
en vuelo a la libertad
hallaste en otra hermandad
las perdidas directrices.
Un fardo de cicatrices
cargó tu hombro peregrino,
escanciando el agrio vino
del recuerdo que no muere,
porque a su hondura no hiere
la terquedad del destino.

Hoy del misterio eres dueño…
te abriga ajena ribera,
mas, no es la tierra extranjera
almohada para tu sueño.
El día en que el sol risueño,
con afilado flechazo
rompa nieblas, y el regazo
de la Patria abra su lecho,
descansará en paz tu pecho
en su telúrico abrazo.